lunes, 20 de septiembre de 2010

Infinito

adj. Que no tiene fin en cantidad o en espacio

Hoy quisiera atrapar al infinito, cogerlo entre mis manos y hacer de él un tesoro o una isla tal vez, en la que todo quepa, en la que estos límites que forman mis fronteras, se desvanezcan con sólo quererlo y volar. Hacer del aire alas. Hacer del agua lagrimas de felicidad y océanos sin playas para navegar en sus entrañas sin dejar de respirar.
Hoy quisiera que el infinito cupiera en mis ganas de vivir. Hoy desearía volver a empezar, una y otra vez, dar vueltas en el círculo del eterno retorno, en una cinta de Moebius y caminar por la vida sin las fronteras que me he ocupado en construir. Quiero ser dueño del tiempo y con un chasquido de mis dedos, adelantar la vida, devolverla, hacer pausa y reparar lo que he destruido y dejar de pensar en lo que viene. Vivir, simplemente vivir.
Sí, este preciso instante, ventana de la felicidad, asoma en mi vida como una oportunidad, a cada instante, por siempre, para siempre. Cuánto me cuesta vivir el presente! Qué tan difícil es para mí, simplemente ocuparme de mi vida, y vivirla en el presente, sin preocupaciones, sin esperanzas, sin detenerme los pasados, sin temor por los qué pasará.
El infinito de la sonrisa desde el estómago. El infinito de las contracciones en el orgasmo. El infinito en la Novena de Beethoven. El infinito en las palabras de Saramago. El infinito en el blanco cuando no estoy conmigo.
Algún día tendré el valor de volverme infinito; algún día llegará ese día en el que mis fronteras se desvanecerán en el viento, sin fin, sin límites, sin un verdadero final...

Algún día será. Por ahora... terminé.

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